LAS ENCÍAS EN LA MUJER.
Como mujer, tu organismo tiene ciertas peculiaridades. Por ello, el cuidado de la higiene bucal y de las encías en la mujer es un aspecto muy importante.
La mujer atraviesa etapas como la pubertad, el embarazo y la menopausia. Estos periodos requieren ciertos cuidados adicionales en su salud bucal.
Estos momentos particulares se asocian con cambios hormonales que afectan a diferentes zonas del organismo.
La encía es un tejido muy sensible a los cambios hormonales. Por lo tanto, favorece situaciones que pueden conllevar la pérdida de los dientes. Si no se toman las medidas necesarias.
La periodontitis en la mujer.
Conocida como enfermedad periodontal o periodontitis, vulgarmente “piorrea”, es una infección crónica causada por bacterias de la placa dental. Se trata de una película transparente y pegajosa que se adhiere alrededor de los dientes.
La enfermedad periodontal afecta a las estructuras que sujetan los dientes; fundamentalmente el hueso, el ligamento periodontal y las encías.
Primero, aparece la gingivitis( inflamación de las encías) que se localiza sólo en la encía. Si la gingivitis no recibe tratamiento, en 1/2 mujeres se transformará en una periodontitis. Una vez que se instaura la enfermedad periodontal, el hueso que rodea al diente empieza a perderse de forma irreversible. Por último, los dientes llegan a perderse.
Los síntomas de la gingivitis o periodontitis son el enrojecimiento y sangrado de la encía, de manera espontánea o con el cepillado, halitosis o mal aliento o movilidad dental entre otros. Algunas veces, estos síntomas pueden pasar desapercibidos, sobre todo en fumadoras.
Sin una higiene bucal eficaz, existe el riesgo de contraer la enfermedad periodontal. Para evitarlo, aplica cepillado y limpieza entre los dientes con seda o cepillos interdentales y visitas periódicas al dentista.
La gengivitis y la periodontitis se pueden tratar, controlar y curar.
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Es importante saber que los cambios hormonales de la mujer pueden acelerar o desencadenar un problema de este tipo. Entre los factores de riesgo principales podemos destacar una mala higiene, el tabaco y en algunos casos una predisposición hereditaria.
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